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San Sebastián ha plantado 18.000 árboles y arbustos en Oberan

La actuación se enmarca dentro del proyecto LIFE integrado Urban Klima 2050

En 2012 la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó este día, el 21 de marzo, como Día Internacional de los Bosques. El Ayuntamiento de San Sebastián, en línea con la protección de los bosques, ha realizado actuaciones entre 2021-2022 para la sustitución de especies foráneas por autóctonas en 19 hectáreas. En total, se han plantado aproximadamente 18.000 árboles y arbustos.

Los bosques, entre muchas otras cosas, son fundamentales para combatir el cambio climático y estas actuaciones se han realizado en el marco del proyecto LIFE integrado Urban Klima 2050, el mayor proyecto de acción climática de Euskadi para los próximo años, y con la ayuda del Gobierno Vasco.

Restauración del bosque autóctono en la Finca Oberan (Aiako Harria)

En los últimos años se han ido cortando varias parcelas o rodales de Oberan, según la especie plantada, y en 2020 se taló una zona ―en la parte alta del enclave― de 10,85 hectáreas en la que se había plantado principalmente ciprés de Lawson (Chamaecyparis lawsoniana), aunque en un porcentaje menor también existía pino laricio y pino marítimo. El ciprés de lawson es una especie alóctona y estaba causando un notable perjuicio ambiental en la zona.

Por otro lado, en la parte baja de Oberan, se ha talado en 2021-22 otra parcela de roble americano (Quercus rubra) de 8,3 ha. Tras acabar la tala, en ambos casos se ha procedido a plantar a la mayor brevedad posible, para evitar problemas de erosión.

Dichas actuaciones han sido promovidas por el departamento de Medio Ambiente, tanto las talas como las replantaciones, atendiendo a criterios de gestión ambiental de los montes y siguiendo la filosofía de todos los tratados, acuerdos y planes vigentes en este ayuntamiento, como el Plan Klima DSS 2050 o la Agenda 21, que promueven las especies autóctonas en los terrenos de titularidad municipal.

Asimismo, hay que tener en cuenta que Oberan se ubica dentro del Parque Natural y ZEC (Red Natura 2000) de Aiako Harria, que tiene un alto valor ecológico y un Plan de Gestión vigente. Según dicho Plan, se deberá fomentar las especies autóctonas y las masas boscosas potenciales del lugar, así como evitar la permanencia de los terrenos desprotegidos sin ninguna vegetación, como ocurre tras una tala. Esto se debe a que al ser un lugar de fuertes pendientes y elevada pluviometría, la erosión causada por la lluvia puede tener un efecto ambiental muy negativo.

El robledal y la prolongación del Bosque de Añarbe

En ambos casos las plantaciones realizadas con especies autóctonas buscan recrear un robledal mixto acidófilo, que será una prolongación del robledal-hayedo de Añarbe, como debía ser en origen.

En el caso de Oberan, al tener una orientación más sur que la mayoría del bosque de Añarbe, debe tener una predominancia del roble sobre el haya, ya que el roble prefiere entornos más soleados y secos que el haya. Además, hay que considerar que la situación del roble, en general, en el País Vasco y, en concreto, en Aiako Harria, es más delicada que la del haya, y precisa de un mayor impulso, en especial en las zonas en las que debería ser la vegetación natural, como es el caso de esta ladera soleada.

En cuanto al robledal plantado, tanto en la zona superior (2021) como en la inferior (2022), se ha utilizado predominantemente Quercus robur, el roble autóctono, pero se han introducido otras especies en menor proporción, intentando recrear la composición natural del bosque potencial dentro de las limitaciones de planta que hay en el mercado. Así, además del roble se han plantado: especies como el aliso, abedul, fresno y arraclán (3,54 ha en bordes de regatas) y pequeñas masas de especies secundarias típicas del robledal, que aportan mayor biodiversidad al conjunto como serbal de los cazadores, manzano y peral silvestres y espino albar (2 ha).

Plantas locales

Todas las plantas empleadas se han obtenido de semillas con un origen cercano, con el objetivo de proteger la información genética de la especie en la zona. No obstante, cabe destacar que en las especies secundarias para la plantación de la parte superior hubo problemas de abastecimiento, pues los viveros comerciales cuentan con reservas de las especies principales (roble, haya, fresno...) pero no siempre es fácil encontrar suministro de las especies secundarias como los perales silvestres, espino albar… que no son demandadas en las plantaciones de explotación maderera.

En estas plantaciones que tienen como objetivo la producción de madera se planta una única especie arbórea y la técnica de plantación y mantenimiento está muy dirigida a su explotación creando lugares de reducida biodiversidad por lo que difieren mucho de un bosque natural.

A pesar de esos problemas, y de no haber encontrado las suficientes plantas de algunas de las especies deseadas para la zona superior, es de esperar que con el tiempo, los ejemplares plantados puedan diseminar sus semillas y favorecer la aparición de nuevas plantas que se irán intercalando en el robledal como ocurre de manera natural.

En los próximos años se realizará un mantenimiento para asegurar el éxito de las plantas, reponiéndose los ejemplares que mueran, y también para evitar el regenerado de ciprés de Lawson que seguro aparecerán durante unos años, dado su carácter invasor.