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20 de mayo, Día Internacional de las Abejas

Podemos frenar su declive

La mayoría de nosotros al oir hablar de las abejas nos imaginamos a la abeja de la miel, pero hay que aclarar que existen muchos tipos de abejas silvestres (en España hay más de 1.000 especies diferentes). La mayoría vive en solitario y no en colonias, siendo importantes para la polinización de las plantas y su reproducción (incluyendo las que nos facilitan los alimentos).

Desde hace unos años muchas de estas especies están desapareciendo como consecuencia de diversos factores, entre los que destacan: la transformación de bosques y praderas en monocultivos y ciudades, donde las abejas silvestres no pueden sobrevivir; además, se ven muy afectadas pro los pesticidas usados en los cultivos y el aumento de la temperatura provocado por el cambio climático. Por ultimo, la globalización ha traído consigo el traslado de muchas especies que pueden llegar a ser perjudiciales para las abejas (es el caso de la avispa asiática).

¿Qué podemos hacer para frenar el declive de las abejas?

En primer lugar, deberíamos preservar o recuperar zonas naturales, utilizando para ello plantas autóctonas y eliminando especies invasoras o monocultivos. Al mismo tiempo deberíamos minimizar o incluso eliminar el uso de pesticidas en nuestros huertos impulsando la agricultura ecológica. Y tratar de ser cuidadosos en el traslado de especies alrededor del mundo. En cuanto al aumento de la temperatura, la reducción de emisiones de CO2 no sólo beneficiará a las abejas sino al planeta entero.

Así pues, celebremos el día internacional de las abejas y tengamos en cuenta que nosotros también podemos influir en la desaparición o en supervivencia de las mismas. Las flores, arbustos y árboles de los jardines de Donostia, o las que crecen en nuestros balcones, ventanas y jardines particulares contribuirán al aumento de su población.