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La exposición reunió 32 arpilleras, piezas textiles tridimensionales, cuyo origen reside en Chile donde, tras el golpe de estado de Pinochet, grupos de mujeres que padecieron la desaparación forzosa de sus familiares encontraron en esta técnica una forma de subsistir emocional y económicamente de denunciar, al mismo tiempo, la vulneración de derechos humanos. Para ello utilizaron materiales domésticos, como hilo, agujas y trozos de tela, para coser sus vivencias sobre un tejido de estopa. Muchas de esas arpilleras se realizaban con telas de ropa de las personas desaparecidas, como homenaje e intento de mantener viva su memoria.
Más tarde, esta forma de denuncia y de reivindicación se extendió a otros países de todo el mundo. Era una forma gráfica, asequible, y al alcance de muchas personas, para dar testimonio de sus sentimientos y sufrimientos. Las arpilleras son, pues, “voces cosidas” que claman justicia, que relatan a puntadas violaciones de derechos, desapariciones forzosas, encarcelamiento o la vida cotidiana en contextos de conflicto.
Talleres y visitas guiadas
La comisaria de la muestra, la chilena Roberta Bacic, integrante de la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación de Chile, sucesora de la Comisión de Verdad y Reconciliación, recorrió el mundo para reunir una colección única de estas obras de arte. Bacic ofreció visitas guiadas durante su estancia en San Sebastián los días 13 y 14 de abril. Además, llevó a cabo un taller de creación de Arpilleras con migrantes en las que “hilvanaron" sus experiencias.
Esta colorida exposición fue fruto de la colaboración del departamento de Derechos Humanos del Ayuntamiento de San Sebastián, el Museo de la Paz de Gernika y La Encartada Fabrica-Museo de Balmaseda. Contó con el respaldo del Gobierno Vasco y de la Diputación de Gipuzkoa.
En la inauguración de la exposición estuvieron presentes el concejal delegado de Presidencia y Transparencia, Recursos Humanos e Innovación, Juan Ramón Viles, la comisaria de la exposición, Roberta Bacic, las arpilleristas de la Fundació Ateneu San Roc (Badalona), Roser Corbera y Manoli García y la directora del Museo de la Paz de Gernika, Iratxe Momoitio.