Que los parques y jardines tengan más biodiversidad ayuda a combatir el cambio climático y a proteger especies de plantas y animales. Para hacerlo, es importante gestionar los espacios verdes de una manera más sostenible, por ejemplo, dejando que la vegetación crezca más y se complete su ciclo.
Esto hace que los parques y jardines sean más saludables para las personas. Las ciudades con este tipo de parques y jardines ofrecen espacios más saludables (física y mentalmente) a sus ciudadanos.
(*) La biodiversidad urbana es la variedad y variabilidad de aquellos organismos vivos que se encuentran en una ciudad y a los sistemas ecológicos en los que se encuentran.