El Ayuntamiento ha puesto en marcha 'A 90º', un programa pionero de prevención digital dirigido al alumnado desde 5.º de Primaria hasta Formación Profesional que utiliza un Escape Room educativo como herramienta central para trabajar la alfabetización digital, la autorregulación emocional y la prevención de conductas problemáticas vinculadas al uso intensivo de pantallas y adicciones sin sustancia. “Los datos nos mostraron la necesidad de pasar de la alerta a la acción; A 90º nace para ofrecer herramientas educativas y vivenciales que permitan gestionar los riesgos digitales”, señala Iñigo García, Concejal de Inclusión, Diversidad y Salud.
Un Escape Room educativo
A través del Escape Room, grupos de alumnado resuelven enigmas, pruebas y dinámicas cooperativas vinculadas a situaciones reales de uso del móvil, redes y videojuegos. Cada grupo o clase participa en 2 sesiones de hora y media, que combinan retos lúdicos con espacios de reflexión guiada para practicar gestión del tiempo de pantalla, privacidad, toma de decisiones y detección de conductas de riesgo. En 5.º y 6.º de Primaria se incide en la inteligencia emocional y la autorregulación; a partir de la ESO y en Formación Profesional se profundiza en la prevención de adicciones sin sustancia y en el análisis crítico de contenidos digitales.
El programa responde al diagnóstico realizado en 2024 entre alumnado de 5.º y 6.º de Primaria, que detectó un acceso cada vez más temprano a móviles, redes y videojuegos y una normalización del uso intensivo de dispositivos con impacto en el bienestar físico, emocional y social.
Hasta la fecha han participado 1.156 alumnos en el diagnóstico; las sesiones han registrado alta implicación del alumnado, valoración positiva del profesorado y demanda de recursos complementarios por parte de las familias. El Ayuntamiento prevé evaluar el impacto con indicadores cualitativos y cuantitativos para ajustar contenidos y ampliar la implantación a más centros. “El objetivo es acompañar y capacitar a niñas, niños y jóvenes y a sus familias; no se trata de prohibir, sino de dotar de herramientas y criterios”, subraya Iñigo García.