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Puntos de visita del cementerio de Polloe

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08. Bilintx

San Prudencio 72
  • Año: 1885
  • Promotor: Donostiako Udala
  • Arquitecto: José de Goicoa
  • Estilo arquitectónico: Eclecticismo
  • Epitafio: "Los que escuchamos tus versos en este querido San Sebastián podemos decir que desde que te fuiste a cantar las misericordias de Dios el mismo cielo es más gozoso"
El arquitecto municipal, José de Goicoa, proyecta el monumento funerario del poeta euskaldun Indalecio Bizcarrondo "Bilintx". Prima destacar la figura del homenajeado por encima del elemento ornamental. El seudónimo, enmarcado por signos de exclamación, divide el espacio entre el epitafio y la medalla con el busto del "bardo" easonense.

El bertsolari y poeta romántico liberal Indalecio Bizcarrondo "Bilintx" (*1831 San Sebastián +1876 San Sebastián), muere por la herida de una granada lanzada el día de la festividad de San Sebastián por las baterías carlistas de Arratsain cuando cubría su puesto de conserje en el Teatro Principal, en nuestra Calle Mayor. Así también fue corresponsal en San Sebastián del periódico "La Correspondencia Musical".

En noviembre de 1882 se aprueba la petición del concejal Sr. Ponsol de trasladar sus restos mortales desde el cementerio de San Bartolomé al de Polloe así como el compromiso de erigirle una sepultura "modesta pero digna". Victoriano Iraola, concejal, retratista e Ilustrador, realiza de memoria - según noticias de la época a "Bilintx" no le gustaba retratarse - el retrato modelo para la medalla que contemplamos. El consistorio pagó por su labra junto con los capiteles que enmarcan el epitafio 175 pesetas. De ambas obras se desconoce su autoría. La obra de la sepultura y piedra del mausoleo fue realizada por el cantero Domingo Calzacorta recibiendo 410 pesetas por su trabajo y 186 cobró el herrero Miguel Orbegozo por la verja en hierro, que lo acotaba y hoy desaparecida. El 2 de marzo de 1885 sólo falta pagar la inscripción que hoy leemos y que fue redactada por el Consistorio de Juegos Florales pocos días después. La placa con la firma "ALTUNA" puede tratarse de alguna reforma posterior.

Al poco de morir Indalecio el poeta gallego, Manuel Curros Enriquez, le dedicó una enternecedora poesía en lengua castellana titulada "La canción de Vilinch".

El 6 de julio de 1883 en los jardines del Retiro de Madrid sonó, con gran aplauso, la pequeña rapsodia "Recuerdo a Vilinch" del crítico musical y compositor donostiarra Antonio Peña y Goñi. Y el 21, por el séptimo aniversario de su muerte, los donostiarras pudieron oírla en la Alameda del Boulevard. 

Epitafio

"Los que escuchamos tus versos en este querido San Sebastián podemos decir que desde que te fuiste a cantar las misericordias de Dios el mismo cielo es más gozoso"

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