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38. Panteón Francisco Zubiaurre Cabañas "Kiriko"

Santa Teresa 255
  • Año: 1918
  • Propietario: Francisco Zubiaurre
  • Ejecución: Altuna

Francisco Zubiaurre Cabañas ‘Kiriko' *1867 Guetaria +1926 Sn.Sn., siendo aún un niño de ocho años se trasladó con su familia a San Sebastián ante las turbulencias de las guerras carlistas. A los 24 años se convirtió en el patrón de la trainera de San Sebastián. Ganaría las siguientes tres ediciones de la Bandera de la Concha (1891, 1892, 1894). Fue la época dorada de los remeros donostiarras a finales del siglo XIX. Con el cambio de siglo las victorias empiezan a espaciarse, siendo la primera del siglo XX la de 1915. Es entonces cuando Kiriko vuelve a hacerse cargo del timón de la trainera de la capital logrando dos triunfos más: 1918 y 1920, éste último envuelto en polémicas arbitrales. Problemas con la vista le obligaron a retirarse.

San Sebastián sólo ha vivido dos victorias más de sus remeros, la última data de 1950. Francisco Zubiaurre se ha convertido así en una figura mítica para el aficionado local al ser el patrón de San Sebastián con más triunfos en su haber (5 sobre un total de 14).

No todos fueron éxitos. Así nos relata su infortunio en las regatas eliminatorias del 7 de septiembre de 1919:

Dice Quirico: "Antes de empezar la regata en mis remeros había ansiedad de lucha y su nerviosismo era grande. En cuanto nos preparamos para empezar la regata, al oír el toque de de salida, al remero que tenía delante se le rompió el remo y yo me quedé asombrado, sin acertar que hacer, más el otro compañero le dijo: ‘Échate al agua' y Anthon saltó de la trainera, sintiendo muchísimo este percance y desnivelando la embarcación.

Yo ya no mandaba en la tripulación, pues mis remeros con un entusiasmo grandísimo siguieron la lucha, dando ocho mientras los otros daban seis. Claro está, yo al ver que competíamos les dejé hacer dicho esfuerzo el cual nunca hubiese permitido si hubiésemos estado los catorce tripulantes.

Como la embarcación tambaleaba por la falta de Anthon, tuve que hacer el recorrido medio sentado, y cuando me ponía en pie el desequilibrio era completo y las energías no daban el resultado apetecido. En esta forma no podía ver bien las balizas, y no me quedó más remedio que resignarme al entusiasmo de mis remeros, a mis deseos de luchar para aliviar en parte la fatalidad" [El Pueblo Vasco, 8-9-1919].

Llegaron en cabeza a la primera boya para acabar terceros y últimos en la meta detrás de Orio y Pasajes de San Pedro.

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