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33. Panteón Ayestarán - Otamendi y Mendía

San Vicente 177-179
  • Año: 1915
  • Promotor: Familia Otamendi Mendía
  • Maestro de obras: Domingo Eceiza
  • Ejecución: T. Altuna
  • Estilo arquitectónico: Eclecticismo
Eclecticismo. Se mueve entre las formas del clasicismo con lenguaje del barroco. Destaca por su efectismo escenográfico tanto en la puesta de escena como en su narración: Comienza la lectura a espaldas del monumento aquí la paloma, con la rama de olivo en su pico, nos anuncia que la "Esperanza" puesta "en Dios" está cercana tanto que al volvernos contemplamos la imagen del Ángel Anunciador. Éste, con su dedo alzado al Cielo, desciende al encuentro de los finados proclamando la llegada de la Resurrección.

Luis Ayestarán Gabarain *1888 San Sebastián +1954 San Sebastián. Doctor en medicina y cirugía. Casa con Adelaida Otamendi Mendia *1889 San Sebastián +1985 San Sebastián, figurando como testigos los cirujanos y amigos de Ayestarán, Modesto Huici y Luis Egaña. Los tres ejercieron juntos en el Hospital San Antonio Abad, en el que Ayestarán era su director. El único hijo varón Jose Luis *1920 San Sebastián +1961 San Sebastián, siguió los pasos de su padre en el campo de la cirugía.

Junto con el doctor Benigno Oreja, Luis Ayestarán, tuvo la idea de crear un centro en el que se trate e investigue con exclusividad la enfermedad del cáncer. La idea comenzó a tomar forma en 1928 cuando el arquitecto Luis Elizalde Urruzola inicie las obras del que será el Instituto Radio-Quirúrgico de Guipúzcoa o como se conoce desde 1957 el Instituto Oncológico. En sus trazas el arquitecto Elizalde se orientó hacia un neoregionalismo vasco. Su inauguración en el Alto de Aldakonea tuvo lugar en 1933. Para la ciudad de San Sebastián supuso ser la tercera ciudad en disponer de una clínica de estas características, después de Madrid y Barcelona. Luis Ayestarán fue su primer director. En el año 2009 se inauguró un nuevo edificio llamado Onkologikoa en el espacio hospitalario de Miramón.

En la Guerra Civil la figura del ángel sufrió la amputación de la nariz por disparo de una bala.

Don Luis Ayestarán era un hombre fundamentalmente bueno. Lo de sabio, laborioso, inteligente y culto era sencillamente accesorio.  [Obituario de Luis Ayestarán, Diario Vasco 1954-01-19 por Alfredo R. Antigüedad]

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