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Dejamos atrás 2016. Un año en el que la agenda estaba marcada por la capitalidad cultural. El año pasado ya es historia y tendremos que hacer balance de todo lo que hemos vivido, compartido, disfrutado o aprendido. El tiempo nos dirá si la Cultura para Convivir ha sido tan sólo el pretexto para un programa de actividades o la casilla de salida de una nueva forma de hacer y compartir ciudad.
Más allá de los balances oficiales me gustaría añadir un comentario personal. Las ciudades son espacios de interacción y nuestras vidas son la consecuencia de la relación con otras personas. Poner el foco, el acento, la atención en la convivencia ha sido una riqueza que ahora no podemos echar por tierra. Nos hemos mostrado al mundo como lo que somos, una pequeña ciudad vasca que se presenta desde sus raíces y se proyecta hacia la vanguardia, asociando nuestra imagen a un valor positivo como es el de la cultura Es una labor que debemos revalidar todos los días. Desde hoy, todos los años son 2016. Una oportunidad para convivir.
Convivir en una ciudad más abierta, plural y acogedora. Eficaz. Próspera. Implicada. Solidaria y generosa. Agradable y habitable. Pero sobre todo, convivir en un proyecto de ciudad compartido. Inclusivo. Un proyecto que no deje a nadie fuera.
Este año nos deja unos datos económicos que invitan a pensar en positivo. Un aumento del +3,1% del producto interior bruto y un aumento del empleo del +7,7% en nuestra ciudad, que multiplica por tres el dato del año anterior. Podemos decir que la ciudad ha empezado a encaminar la senda de la recuperación.
Pero sin embargo, tenemos que seguir trabajando para lograr que esa recuperación se produzca de manera socialmente equilibrada. Hoy nuestra ciudad presenta una mejor situación que otras ciudades de nuestro entorno en tasa de desempleo, niveles de formación y renta. Pero nuestro objetivo es mejorar el equilibrio entre zonas dentro de la ciudad. Donostia tiene que ser un gran espacio donde todo el mundo pueda desarrollar su proyecto de vida.
Quien piense que 2017 es un año sin un gran reto, se equivoca. Este año, la agenda nos toca hacerla a nosotras y a nosotros. A cada uno de los vecinos y vecinas de esta ciudad. Este es el año de los 186.925 proyectos. De pensar en lo grande, pero sin olvidarnos del detalle. De mirar hacia adelante, de llevar la ciudad más lejos pero sin dejar atrás a nadie. Para ello, apostamos por un modelo de ciudad que es la suma de muchos retos.
// Algunos retos de la ciudad que queremos.
Nuestro futuro y nuestro presente pasan por el crecimiento y rejuvenecimiento de la población. Para ello hay que apostar por medidas que favorezcan la regeneración con la incorporación de nuevos proyectos de familia. Los indicadores de economía van al alza y por consiguiente, el precio de la vivienda. Ese es uno de los grandes objetivos. Hacer de Donostia una ciudad inclusiva. Por lo tanto, es importante seguir trabajando en la que sigue siendo la mayor preocupación de los donostiarras: el desarrollo económico. Y para ello, apostar por los pilares en los que se sustenta la recuperación:
/ Ciudad con Identidad propia
Apostamos por mantener nuestro patrimonio sin renunciar al desarrollo. Donostia es una ciudad muy viva en la que tradición e innovación deben ir de la mano. Y para ello, el euskera y la cultura deben ser vehículos de unión que nos permitan seguir proyectando nuestra identidad al exterior.
/ Ciudad que avanza
Entender Donostia como la ciudad del conocimiento, tecnología e innovación, que junto a un comercio y una hostelería competitiva atraiga y retenga talento. Una ciudad sostenible, conectada entre si y con el mundo, con el tren como medio de referencia, y el Urumea como eje vertebrador. Un eje que nos permita seguir creciendo como ciudad, mediante un plan de vivienda que dé la oportunidad a todo donostiarra de vivir en su ciudad. Una ciudad llena de proyectos de futuro: Nuevas infraestructuras deportivas, sanitarias, industriales; zonas de ocio, accesibilidad vertical o la regeneración de espacios urbanos.
/ Ciudad que vive, que convive
Una ciudad abierta que sin huir de su pasado abraza el presente y futuro desde la convivencia y el entendimiento mutuo. Una Donostia que se compromete con el bienestar social de todas las personas. Una ciudad acogedora, solidaria y amigable que apuesta por fortalecer sus servicios sociales para no dejar a nadie atrás.
/ Ciudad Compartida
Una ciudad participativa, que se desarrolla y mira al futuro. Un futuro que las y los donostiarras y su Ayuntamiento deben escribir conjuntamente.
// La ciudad de todos: ¿cuáles son tus proyectos?
Donostia como ciudad de todas y todos los ciudadanos. De todos los días. De todos los retos.
Tenemos una idea clara de la Donostia que queremos. Pero la queremos desarrollar contigo.
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Dibujemos juntos la ciudad que quieres.
Gora Donostia,
eta Urte Berri On!
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